Estamos por tanto ante un escenario desconocido, donde las firmas de Private Equity requieren revisar en sus participadas si el talento existente puede hacer frente a la adversidad reinante y a una crisis sin precedentes. Los Private Equity deben tener en cuenta múltiples criterios en la toma de decisiones, teniendo en cuenta la mayor complejidad multisectorial y su impacto en empleados a lo largo de diferentes  geografías y tipologías de riesgo; los desafíos de la transformación de modelos de negocio en el corto plazo; los diferentes estatus regulatorios a gestionar, incluso dentro de una misma empresa; y los riesgos financieros asumidos en las compañías adquiridas, frente al exceso de liquidez disponible para aprovechar nuevas oportunidades.

Es por tanto un escenario en el que hace falta redefinir el liderazgo, realizando un profundo diagnóstico de las claves para la recuperación y el crecimiento en el negocio de las empresas.

Un entorno que requiere líderes resistentes e innovadores, capaces de redefinir los criterios en la gestión y la governanza empresarial, afrontando un nuevo mapa de stakeholders producido por la cooperación público-privada imprescindible para mitigar la pandemia.

En un informe de Blacksmith, boutique de cazatalentos y Liderazgo titulado “La mejora de las herramientas de liderazgo tras el Covid 19 en los negocios de los Private Equity” , se define el nuevo perfil de liderazgo que requieren las empresas adquiridas  por los  Private Equity para un entorno incierto como el actual, afectado por el Covid 19.